jueves, 27 de noviembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

Discusiones infinitas

Existe hoy en día un debate interminable sobre la ética y la contraética, en cuanto a equipamientos y reequipamientos de vías. Un debate que se convertirse en discusión interminable y, frecuentemente, en pelea de gallinero. Y eso que, de entrada, parece estar casi todo el mundo de acuerdo en los principios a seguir. Lo malo es que, a la hora de aplicar esos principios, cada uno quier que todo sea a su gusto, hasta el más mínimo detalle y, como no hay dos gustos exactamente iguales, pues resulta que no hay manera de ponerse de acuerdo. Cada cual está firmemente convencido de que le asiste l razón más absoluta y de que el que opine distinto es el enemigo.
Es realmente curiosa la evolución de las cosas y el que se va y vuelve, al cabo del tiempo es quien mas aprecia los cambios, como ocurre con el crecimiento de los niños. Quién solo los ve de vez en cuando se sorprende de lo mucho que han crecido y, quién los ve todos los días, no se da tanta cuenta.
Los hay que defienden la escalada muy segura y otros la muy expuesta, aunque esto último suele ser más de palabra que de hechos. Si que es cierto que hay quién se mete en vías expuestas, pero son pocos y lo hacen pocas veces. En cambio, á la hora de hablar, muchos son los que defienden ese tipo de escalada y lo hacen constantemente.
La realidad visible y evidente es que las ristras de parabolts están siempre llenas de gente, mientras que las vías expuestas suelen estar vacías de personal, incluso las fáciles.
En fin, cada uno sabrá lo que dice y por qué lo dice. Para mi, el grado asumible de exposición es inversamente proporcional a la diferencia entre la dificultad de la escalada y la máxima dificultad posible para mí. Supongo que debe de ser así para todo el mundo. Lo que no es igual para todo el mundo es el grado en el que se encuentra la máxima dificultad posible y, por lo tanto, tampoco lo es el grado asumible de exposición en una dificultad determinada.

Yo me rijo por tres argumentos fundamentales:

Primero: no debo modificar ninguna vía para hacerla asequible a mis limitaciones, ni tampoco debo modificarla porque me sobre algo. Es decir, debo pasar por las vías sin modificarlas en ningún sentido. Si puedo y haré bien en reparar algo que esté roto por el tiempo y el uso (no suelo hacerlo pero está bien que se haga y seguramente lo haré en alguna ocasión)(*)

Segundo: no reconozco ninguna autoridad, de ningún tipo, en el ámbito de la escalada.

Tercero: no soy quien para decidir lo que está bien y lo que está mal.


(*)vease el punto tercero