lunes, 26 de octubre de 2009

Sossis i patisants (Collegats)

Muchas veces he pasado por el desfiladero de Collegats y he quedado embelesado, pero nunca había sido mi destino. Ya era hora. Me encanta el ambiente que le rodea a uno, cuando está allí.
Joan, Balbino y yo, hemos dormido en la furgo, en la Font de la Figuereta. Habíamos elegido una vía a priori sencillita, pero no imaginábamos hasta que extremo lo es. Se trata de una rampa, rampa, menos la entrada de la vía, que se las trae. El primer paso consiste en la superación de un desplome, que está de quinto. A lo mejor si que es quinto, pero en frío y con las suelas embarradas... menos mal que no es obligado, porque hemos pringado los tres. Luego sigue un tramo guarro, por un diedro con tierra y vegetación, en dónde la dificultad depende de lo que te fíes de las ramas como presa. Algunos arbustos más sólidos sirven como seguro.Así cinco o diez metros y despues ya se tumba la cosa y empieza un terreno que va a ser la tónica general de toda la escalada: placas tumbadas y fáciles, com buena roca en general, aunque con alguna excepción, y algunos resaltes en los cuales aumenta la dificultad ligeramente, sin pasar en ningún momento de cuarto, quizá algún paso de cuarto superior, por no contradecir la reseña original.

El caso es que no ha venido mal que fuese así, porque una lluvia intermitente ha dado el punto de emoción y, de haber sido más dificil la vía, no hubiésemos sido capaces de hacerla estando mojada.

El descenso nos ha costado más que la escalada y no es exageración. Supongo que en seco será otra cosa, pero así, tan resbaladizo, ha sido verdaderamente incómodo. Se trata de bajar por una canal equipada con cables, cadenas y cuerdas fijas.

En definitiva, he conocido una región magnífica a la que pienso volver.

domingo, 18 de octubre de 2009

Vía Daniel Sa a la Miranda de las Boigas



Ya casi bien, tras la fractura de muñeca que he sufrido este verano, he ido con Joan y Fernándo a la vía Daniel Sa, de la Miranda de las Boigas. Vía elegida bajo varios condicionantes. Fernándo tiene una lesión de rodilla y andar es un problema para él, así es que tenía que haber poca aproximación. Joan pedía que diese el sol, porque está constipado y yo, como me reincorporo, viniendo de una lesión, pedía que no fuese dificil y que estuviese bien asegurada, para ir probando. O sea que tenía que ser una vía no muy dificil, bien asegurada, que diese el sol y con poco pateo. Llegé a preguntarme, muy sinceramente, si realmente queríamos practicar la escalada o si sería mejor que nos fuésemos a pasear por un parque.
Bueno, pues al final la cosa ha estado bien y ha sido a gusto de todos. Además son tres largos de cuerda, uno para cada uno. Para mí el primero, por ser el más fácil y yo el más malo de los tres. Veinte metros de tercero, con algún paso de cuarto y tres paraboles, flanqueando hacia la derecha, hasta una rerunión con buenas vistas del refugio y las agullas.
La segunda ha sido de Fernándo. La pared gana verticalidad y hay dos o tres metros finitos (V), dónde noto un poco de molestia, al tener que tirar del dedo corazón de la mano izquierda, pero solo un poco y solo en esas circunstancias, o sea que me estoy recuperando bien. El largo es el más dificil, pero está bien asegurado.
Por último le toca a Joan, un largo agradable de cuarto - cuarto superior, vertical, con buena presa y los seguros un poco menos cerca, pero bien, sin exagerar.

El descenso ha sido una excursión divertida para mí y molesta para Fernándo y su rodilla de cristal, con destrepes y canales.

La cerveza, indispensable y objetivo fundamental, en El Bruc.

Que bie, ya estoy escalando otra vez, que ganas tenía. En más de dos meses solo había hecho la Tio Gos, hace dos semanas, con la mano jodidilla.

domingo, 4 de octubre de 2009

A la mano coja


No me veía lo suficientemente recuperado del brazo, como para escalar. La mano está debil y dolorida. Juan Miguel me lo propuso, y también Fernándo, pero no lo veía nada claro y estaba dispuesto a seguir esperando. Sin embargo, el viernes a última hora me dejé seducir por Pere y Quima, que me ofrecieron rebajar su objetivo del domingo incluso a niveles ínfimos, con tal de que pudiese acompañarles. Decidimos ir a la Tio Gos, en el Gorro Frigi, que me faltaba en la colección de "love climbing - Arias".
La vía ha resultado sencilla y relajada, a pesar de la disfunción que todavía tengo en la mano izquierda, lo complicado ha sido llegar hasta Gorros, por culpa de las retenciones de tráfico y las aglomeraciones. Cuando ya estábamos a trescientos metros de la entrada del parquing del monasterio, el atasco era tal que dimos la vuelta y volvimos a Monistrol, para volver a subir en el cremallera.

En cuanto a la escalada, una vez conseguimos llegar, bien, muy facilita, salvo el principio del último largo, que está de seis a, pero no es obligado.
El primer largo y el segundo son muy sencillitos pero resultan agradables de escalar. El tercero y el cuarto son andando o casi y los hemos empalmado, saliendo a ensamble cuando se ha terminado la cuerda. El último ya no es tan fácil, empieza con unos pasos duros, que son el seis a, pero que, como decía no son obligados en absoluto. Pere, de primero, lo saca limpio, con mucha soltura y un par de resoplidos. Yo, estando sano, no se si lo conseguiría, probablemente no y asi, ni soñarlo. Se puede acerar bien, pero veo que la mano izquierda no me lo permite, así es que desplego los estribos y asunto resuelto. Luego sigue un cuarto superior-cuarto, que supero sin plroblemas, con algo de recelo en algún paso de mano izquierda, pero bien. Quima prueba y hace un par de acerillos que le duelen en el alma (orgullo de ganadora).
Una buena observación, a tener en cuenta por quien vaya, es que la reunión final, en la cima, está a la izquierda y cuesta encontrarla.
Después ya unas buenas cervezas y eso, y hala, hasta la próxima, que veo que hasta cuarto, de momento, puedo escalar.