lunes, 6 de abril de 2009

Acromion, otra vez.







Después del paréntesis que supuso el domingo pasado, retomo mi camino por la vertical, que ahora parece marcado por las chapas de Guillem Arias.
Hace dos semanas, cuando hice la Doc Anton R., con Javi (Javiesca), él me comentó que le gustaría hacer la Acromion (vía hermana de la Doc Anton R.), así es que decidimos que esa sería la próxima escalada que haríamos juntos. Yo ya la había hecho, pero no me importaba repetirla.
Durante la semana recibí varias llamadas, de quienes me proponían ir a escalar el domingo. Yo, como siempre, les iba diciendo a todos que se viniesen. Unos trajeron a otros y al final, éramos diez. ¡Por mí estupendo!, pero era era cuestión de que nos dividiésemos, que si no, nos pasaríamos el día atascados en una retención de tráfico.

Hicimos dos grupos. Yo iría en una cordada de cuatro, con Javi, Diego y Aleix, a la vía Acromion.
El resto, entre los que estaba el famoso Jordi Brasil, irían a la Doc Antón R.

Al contrario de lo habitual, tomé la posición de cabeza de cordada permanente. No es ninguna proeza, en una va así y, de esa forma, no tendríamos que ir cambiándonos las cuerdas.

El otro grupo formó una cordada de seis, de los cuales abandonaron dos, desde la primera reunión (segunda, en realidad). Luego les ocurrió un percance. Cuando estaban haciendo la segunda, una piedra enorme se desprendió y fue a estrellarse al lado de la reunión, se rompió del impacto y uno de los trozos le dio a una chica en la pierna. La cosa no fue grave, un hematoma, pero la cordada abandonó.

Nosotros seguimos haciendo, léntamente, y acabamos la vía. Soplaba un viento cada vez más fuerte y frío, que hacía incómoda la estancia en la pared. Javi sufrió un saque, sin consecuencias, porque una gran presa se le fue a tomar por culo. En esas vías, no se puede decir que sea terreno descompuesto, pero hay muchas cosas sueltas y que se pueden soltar. Supongo que con el tiempo se irá cayendo todo lo que es inestable. También en la cima hay muchas piedras sueltas, que fácilmente caen por la vía.

Aleix, en su segundo día de escalada, primera vía larga, y primer tramo de artificial, siguió demostrando buenas dotes para la escalada. Diego, tras treinta años largos sin colgarse de estribos y en un bajo estado de forma física, hizo gala de veteranía y pasó el artificial sorprendentemente bien.

No hay comentarios: