lunes, 27 de julio de 2009

Vía Esparraguera a la Roca Gris




Era una vía que teníamos pendiente, Fernándo y yo, de esas que todo el mundo ha hecho. Nos la habíamos planteado es mes pasado, pero estaba afectada por las regulaciones. Este domingo, por fin, hemos ido, acompañados por Joan, que la ha hecho varias veces.

Empieza Joan. El primer largo es cuarto, por un espoloncillo algo descompuesto y con no muchos seguros, aunque alguno hay.
La segunda es para mí, Continua el espolón, la dicultad aumenta a quinto y los seguros son más abundantes. Subo haciendo muchos a ceros y con poca inspiración. Ya al final de las dificultades empiezo a dudar mucho. No me decido. En realidad no veo problema en la roca, el paso en cuestión no es más de cuarto superior, con buena roca y un parabol a la altura de los pies, pero la cabeza me dice que no. Es el miedo absurdo que creía estar superando y que vuelve a invadirme. Termino por bajar avergonzado. Sube Joan.

La tercera es la mejor, por su primer tramo, que es un quinto superior muy vertical, con presa pequeña, pero muy buena. Es fuerza de dedos y un poco de posturitas. Se encarga de ella Fernándo y yo subo sorprendentemente bien, evidenciando ante mi mismo el gran desfase que hay entre lo que puedo hacer y lo que me atrevo a hacer.

A pesar de que los pasos más sifçiciles se encuentran en la tercera, la cuarta es, para mí, la más exigente, por la continuidad en el primer tramo. Quinto mantenido, durante bastantes metros, con seguros, pero no demasiado cerca, para la dificultad que es (tres o cuatro metros). Despues ya afloja mucho. El encargado de abrir camino es Joan.

En la quinta, como la dificultad decrece, vuelvo tomar la cabeza de la cordada. Son unos veinticinco metros de cuarto y, al final, tercero superior. Solamente hay un seguro fijo, al que añadido un friend y merlet.

Dicen que la última es la más bonita. Un diedro de cuarto, totalmente "clean", en el que resulta fácil la autoprotección. Como lo que llevo hecho de primero me parece poco y mal hecho, pido que me dejen hacer esta también. Solo hay un paso, al principio, que me cuesta un poquillo, lo demás resulta bastante fácil. El diedro se acaba con un desplome que lo cierra, y que hay que sortear por la derecha. Tengo calambres en los dedos de los pies, cosa que me ocurre a veces. A perro flaco, to son pulgas... me paro un poco, para recuperarme de la dolencia y continuo. Flanqueo a la derecha para evitar el desplome y me abrazo a unos bloques que parecen medio sueltos. Al superarlos, me doy cuenta de ya estoy arriba.

El descenso por los rápeles de la Urquiza - Olmo.

La vía no está mal, pero tampoco la encuentro especialmente atractiva. Claro, que puede tener que ver bastante, el sabor de fracaso con que he salido de ella.

4 comentarios:

Lluís Nadal dijo...

Te tienes que quitar de encima esas tribulaciones. Para ir de primero hay que ir muy relajado. Concentrado, sí, pero relajado. Pensar en los seguros, pero sin obesesionarse con ellos. Y, sobre todo, disfrutar! No se vale sufrir, al menos demasiado, subiendo.

Ánimos, que tienes un concepto de ti mismo como escalador muy alejado de la realidad, que eres mucho mejor de lo que te piensas!

Joan Prunera dijo...

Juan Carlos no te "comas tanto el coco" que todo se andará. Hay días que uno esta más inspirado que otros y todo sale mejor o peor. El caso es ir a disfrutar. Recuerda que hiciste la última de primero, que es una largo limpio y sin seguros y subiste bien, no?
Ala a disfrutar de la roca!

Fent el mono per l'Aresta Brucs dijo...

Qiuen tubo, retuvo...No és fácil la via en cuestión. Arrastrarse algun dia, lo hacemos todos , però lo escribimos pocos. Un abrazo, yo , como tu, continuo pidiendo permiso a las presas al agarrarlas. Escalar con cariño..., para que escalar sinó?

Sin fama ni gloria, acciones y reflexiones. dijo...

Muchas gracias a todos por las palabras de aliento. Una de las mejores cosas que tiene la escalada, mejor dicho, la mejor, es la amistad de los compañeros.
No es que quiera "flagelarme" con el autoanálisis, solo ser objetivo. Además, me gusta narrar los sentimientos, que son realmente lo importante, el motivo que nos incita a escalar.

Muchas gracias a todos por acompañarme en esta bella aventura.