Este domingo he vivido una jornada tranquila. En la pared del restaurante de S. Joan se nos ha pasado el día a mi hijo, que nunca había escalado, un nuevo compañero que he conocido, llamado Javi, y un seguro servidor.
Me parece que hemos hecho todas las vías. Algunas tienen un inicio interesante, pero dura poco, porque en seguida aquello arrampa muchísimo y se vuelve excesivamente fácil. De todas formas, hemos estado allí unas cinco horas y no hemos parado ni un momento, o sea que metros hemos hecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario