martes, 10 de marzo de 2009

Demasiado lentos


A las doce, hora del ángelus, empezamos la escalada a la vía CADE a la aguja 175 ó 75, según dónde lo leas o quien te lo diga. A las tres menos veinticinco nos juntábamos en la primera reunión. Estaba claro que íbamos demasiado despacio y no nos daría tiempo de acabarla.
Ya fui poco convencido. Me parecía un disparate el desperdiciar un magnífico día de sol, siendo invierno, en la umbría pared norte de Agulles. Además, sospechaba que se trata de una vía dura, sobre todo después de ver que está la noventa y nueve en el libro de Picazo.
Me dejé llevar por Ferrán porque el grado obligado es, en pricipio factible y porque pensaba hacerla toda de segundo y las reuniones están con parabolts.

El único largo de cuerda que hicimos está en el límite de la dificultad que somos capaces de superar, lo cual unido a que está bien asegurada, la hace asequible con esfuerzo, pero al ser una escalada técnica y algo laboriosa, en el límite de nuestras escasas posibilidades, la progresión resulta lenta en extremo. Ferrán quiere volver cuando el día sea más largo y empezando más temprano. A mí me parece poco adecuado el ir a una vía que no somos capaces de hacer en el tiempo normal que, según la información que hay, es de unas tres horas pero, como a Ferrán le hace tanta ilusión subirse por allí, lo acompañaré con mucho gusto, un día de esta primavera. Creo que es una aventura afrontable.

Después de eso, hicimos un intento o a la Salvador - Álava del Setril, que quedó en agua de borrajas, y acabamos subiendo a la Máquina de tren, por una vía que va a la izquierda de la normal y que tiene algún que otro paso quinto.

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