viernes, 29 de mayo de 2009

Sin miedo




Improvisada escapada a Montserrat, con Juan Miguel, viejo compañero que tiene la escalada casi en desuso.
El objetivo era la normal de La Momia y, después, la Cerdá Pokorski de L'Elfant, vía que había hecho poco antes y que a Juan Miguel le atraía.
Lo de La Momia se quedó, al final, en agua de borrajas. Un fuerte sol en contraluz me hizo decidir que iríamos primero a la Cerdá Pokorski y, después, ya no volvimos a La Momia. Queda pendiente, al igual que otras escapadas intersemanales de gran interés, con Bermu, con Pere, con Toni...
El caso y lo que me llena de esperanza, es que hice toda la vía de primero y, sobre todo, que no pasé miedo alguno, sino que me encontré como pez en el agua. Eso, para mí, que acostumbro a escalar de segundo y que, cuando lo hago con la cuerda por debajo, suelo ir cagado de miedo, representa un gran paso en mi progresión. A ver si consigo convertirme en un escalador que merezca ese nombre. No aspiro ha hacer grado, pero quiero a aspirar a hacer el grado que hago, con la cuerda por abajo.

Me recuerda, en comparación con mi experiencia como corredor ciclista, cuando empecé a conseguir mantenerme y llegar en el grupo principal. Desde fuera parece fácil mantenerse en el pelotón, pero no lo es en absoluto. Hay que estar verdaderamente fuertecillo y, además, saber correr. Ser relleno, como dicen los ciclistas, no es algo brillante ante el público, pero es todo un logro personal para los que no somos gran cosa. Lo mismo que me pasa con escalar de primero.

Alegría pal cuerpo.

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