domingo, 28 de diciembre de 2008

Intento febril


Hoy ha hecho un día de perros. Lluvia, frío, viento, nieve....y enfermedad. Un constipado de los que se llevan estos días.
Visto el mapa meteorológico, deduje que no llovería en Vilanova de Meià, y acerté. Es lo único en lo que he acertado. Llover, no llovía, pero si que hacía viento y frío. Sobre todo frío. La cresta cimera estaba cubierta de nieve, pero no ha sido problema porque no hemos llegado hasta ella. El problema he sido yo. No creí que el constipado me fuese a afectar tanto, pero me he encontrado sin fuerza, mareado y con mal equilibrio. En casa me he puesto el termómetro y si, tengo algo de fiebre.
Nos hemos metido en la Camel, que es una vía más bien sencilla y, en mitad de ella he dicho que abandonásemos. De hecho me sentido incómodo desde el prmer momento y la idea de bajar se ha instalado en mi cabeza, con más fuerza a cada metro que superaba, a trancas y barrancas.

En fin, que he hecho ir a mi compañero hasta allí, para casi nada.

En la foto, Lluis, a punto de iniciar el descenso. Menos mal que tiene buen carácter.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Acròmion



Esta mañana han venido Joan y Balbino a recogerme a mi casa, todo un detalle.
Después del buen almuerzo en el bar, en este caso la Fonda Xica, como es propio de la condición de veteranos, pues venga, a escalar.
En la cara sur de la Magdalena superior, hay dos nuevas vías de Guillem Arias, cuya reseña está en Resenya.net. Se trata de dos vías paralelas al gran diedro canal que surca la pared, una por la izquierda y otra por la derecha. La de la izquierda se llama Doc. Anton R. y la de la derecha Acròmion.
Nuestra primera intención era hacer Doc. Antón R., que tiene quinto, aunque no obligado, y no hay que utilizar los estribos, cosa que a Joan le da mucha pereza, pero ya en el funicular nos encontramos con conocidos suyos que tenían el mismo destino. Precisamente eran el propio Gillem Arias y Joan Marc, con dos chicas jóvenes que formaban otra cordada. Así pues, en vista de la aglomeración, cambiamos el plan y nos fuimos a la otra vía que, según nos dijo Guillem, es muy parecida, aunque el libre no pasa de cuarto superior y hay que hacer unos pasos de estribos, a menos que se quiera y se pueda forzar en libre, que a la vista parece 6a o quizá un poco más.

En las fotos, Joan en el tramo de artifo y una de las jóvenes, ilustrando el el buen tiempo que disfrutamos, a cuatro días de noche buena.

martes, 16 de diciembre de 2008

No hay solución

Está claro que la humanidad no tiene arreglo. El capitalismo nos está devorando, el comunismo autoritario ha fracasado, el comunismo libertario, de forma directa, es impensable.....
Por supuesto no creo en Dios, menudo disparate, pero si existiese sería un grandísimo hijo de puta*
¿Qué va a ser de nosotros?



(*) Véase el mundo en general

lunes, 15 de diciembre de 2008

Abandonos y huídas



Llevo tres domingos entre el abandono y la huida.
El primero empezó con avería de la moto, cuando iba al encuentro de mis compañeros, al lado de Vilafranca. Después de esperar a la grúa y dejar la moto en su guarida, almorcé en casa y me fui a Montserrat, en la furgoneta. La dejé en Monistrol y subí en el cremallera, por tres euros (ida y vuelta), el mismo precio que el parquing (precios de amigo de Montserrat, cosa que siempre me he considerado y de la que ahora existe acreditación). Esta forma de acceso me ha gustado.
El funicular de Monistrol combina estupendamente con el de Sant Joan y, con eso, más comodidad ya es imposible.
Aquel día hacía un frío de la hostia. El camino estaba cubierto por placas de hielo y había un poco de nieve a los lados. Dos o tres cordadas acometían alguna vía, con cara de frío.
El caso es que me fui a la vía "Lo tio gos", en el Gorro Frigi, en solitario. Hice la primera tirada las dos veces que exige el ir en solitario. Como es tan fácil, no merece la pena utilizar jumars. De hecho, me daban gana de subir a pelo, pero no lo hice, por si las moscas.
Una vez en la primera reunión, por segunda vez, el cielo se había tornado plomizo y amenazador. Un fuerte viento helado batía la pared. Aquel plan no me apetecía nada y abandoné.

El siguiente domingo fui con Ferrán y Fernándo al Serrat d' els Monjos, a la vía Guateque. Se trata de una vía de unos doscientos metros, cuya dificultal máxima obligada es de quinto superior, por una pared de bloques y fisuras, algunas herbosas. La primera parte de la vía es la más sencilla y el horario teórico es de tres horas.
Nos metemos a las doce y a las dos todavía no hemos alcanzado la segunda reunión. Desde el primer contacto con la roca, tuve la sensación de que aquella vía es demasiado para nosotros. Hemos hecho vías de esa dificultad, pero de otro tipo. Estamos acostumbrados a ir de chapa en chapa. Somos unos chaperos. Ha quedado muy lejos la época en que teníamos soltura en movernos por una pared no superequipada. Abandonamos porque vamos muy despacio y, en mi caso, porque estoy convencido, cada vez más, de que no estoy preparado para hacer esa vía.



Este último domingo he ido con Joan y Joaquim, sin una idea definida. Hace mal tiempo, amenaza lluvia y hace frío. Decidimos ir a una vía sencilla. En la Magdalena superior, Guillem Arias ha abierto dos que pueden esta bien, de esas aptas para todos los públicos. Decidimos ir allí pero, cuando llegamos al monasterio, después de un sabroso almuerzo en la Fonda Xica, que eso si que ya no nos lo quita nadie, nos encontramos con que está cayendo agua nieve.
Nos vamos a Collbató y nos plantamos delante de la pared de La Codolosa, en el merendero de la cova del Sal Nitre. Está lloviendo claramente. Es una llovizna persistente y todo está mojado. Nos vamos. Andamos herrantes, sin saber que hacer y, de pronto una idea salvadora: vámonos a Subirats que por allí se ve más despejado.
Esta vez si que hemos acertado y al fin pudimos escalar algo. Fueron un par de vías deportivas, una de cuarto y otra, que me gustó mucho, de quinto superior, con un diedro técnico al principio y un pronunciado desplome, pero con buen canto, al final. Despues cervecita, charla y para casa.
Ahora, a ver que pasa el domingo que viene. Se admiten propuestas.

En las fotos: Quimet en Ibéricus (Subirats) y Ferrán empezando Guateque, asegurado por Fernándo.

martes, 2 de diciembre de 2008

El verdadero origen de la exprsión: "ave María"

En el tiempo muy antiguo, muy antiguo, ya existían los bares, como todo elmundo sabe, ya que el oficio más viejo del mundo no es el de puta, como suele decirse, sino el de tabernero.
El caso es que había un bar que era regentado por dos hermanas, que se llamaban María y Asunción.
María y Asunción eran solteras y vivían en la misma casa en la que estaba el bar. Se trataba de una casa de dos plantas. La de arriba era vivienda y la de abajo, que estaba a nivel de calle, era la que había sido acondicionada como bar.
María se encargaba de abrir, por la mañana temprano y, al medio día, Asunción tomaba el relevo, hasta la hora de cerrar.
Como María era un poco perezosa y le costaba salir de la cama, muchos días, abría con retraso y los parroquianos, impacientes, gritaban desde la calle: "¡abre, maría!".
El negocio no iba nada mal y siempre había clientela. Había algunos que se pasaban el día allí metidos, bebiendo vino y, claro, a media tarde, ya no sabían distinguir el color del vino que les servía Asunción, lo cual sirvió de argumento para la letra de una popular canción.
Cuando Asunción cerraba no era todavía muy tarde y la pandilla de golfos holgazanes, que allí se reunía a diario no quería retirarse todavía, así es que se iban a la taberna del Bigotes, que no cerraba en toda la noche, porque era en plan antro de vicio.
Cuando a la mañana siguiente volvían de la juerga, querían tomarse el último vino en el bar de María y Asunción que abría a aquella hora y, si María se retrasaba, gritaban con voz gangosa y lengua de trapo, a causa de la borrachera y el cansancio: "¡abbbe Mariiia!", y es de ahí de donde realmente procede la famosísima frase: "ave María".

jueves, 27 de noviembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

Discusiones infinitas

Existe hoy en día un debate interminable sobre la ética y la contraética, en cuanto a equipamientos y reequipamientos de vías. Un debate que se convertirse en discusión interminable y, frecuentemente, en pelea de gallinero. Y eso que, de entrada, parece estar casi todo el mundo de acuerdo en los principios a seguir. Lo malo es que, a la hora de aplicar esos principios, cada uno quier que todo sea a su gusto, hasta el más mínimo detalle y, como no hay dos gustos exactamente iguales, pues resulta que no hay manera de ponerse de acuerdo. Cada cual está firmemente convencido de que le asiste l razón más absoluta y de que el que opine distinto es el enemigo.
Es realmente curiosa la evolución de las cosas y el que se va y vuelve, al cabo del tiempo es quien mas aprecia los cambios, como ocurre con el crecimiento de los niños. Quién solo los ve de vez en cuando se sorprende de lo mucho que han crecido y, quién los ve todos los días, no se da tanta cuenta.
Los hay que defienden la escalada muy segura y otros la muy expuesta, aunque esto último suele ser más de palabra que de hechos. Si que es cierto que hay quién se mete en vías expuestas, pero son pocos y lo hacen pocas veces. En cambio, á la hora de hablar, muchos son los que defienden ese tipo de escalada y lo hacen constantemente.
La realidad visible y evidente es que las ristras de parabolts están siempre llenas de gente, mientras que las vías expuestas suelen estar vacías de personal, incluso las fáciles.
En fin, cada uno sabrá lo que dice y por qué lo dice. Para mi, el grado asumible de exposición es inversamente proporcional a la diferencia entre la dificultad de la escalada y la máxima dificultad posible para mí. Supongo que debe de ser así para todo el mundo. Lo que no es igual para todo el mundo es el grado en el que se encuentra la máxima dificultad posible y, por lo tanto, tampoco lo es el grado asumible de exposición en una dificultad determinada.

Yo me rijo por tres argumentos fundamentales:

Primero: no debo modificar ninguna vía para hacerla asequible a mis limitaciones, ni tampoco debo modificarla porque me sobre algo. Es decir, debo pasar por las vías sin modificarlas en ningún sentido. Si puedo y haré bien en reparar algo que esté roto por el tiempo y el uso (no suelo hacerlo pero está bien que se haga y seguramente lo haré en alguna ocasión)(*)

Segundo: no reconozco ninguna autoridad, de ningún tipo, en el ámbito de la escalada.

Tercero: no soy quien para decidir lo que está bien y lo que está mal.


(*)vease el punto tercero

miércoles, 29 de octubre de 2008

Tiempos modernos

No he conocido los orígenes de la escalada en Montserrat, no soy tan viejo, ni tampoco las siguientes generaciones. Mi recuerdo se remonta hasta 1971, y eso ya eran tiempos modernos. Claro que mucho menos modernos que los actuales y, todavía menos modernos que los que vendrán. Dicen que hay muchos más escaladores y, sin embargo, veo mucha menos gente en las paredes, si exceptúo las zonas de deportiva y la región de Gorros. Eso si, de lo que está bien claro que hay absoluta saturación es de vías. Eso es algo increíble y muy curioso. Creo que está a punto de desaparecer el concepto de vía de escalada, ya que esa expresión significa un camino a seguir y, muy frecuentemente, se puede ir por dónde se quiera. Son ya muchas las paredes en las que, vayas hacia dónde vayas, siempre encuentras chapas y reuniónes. Se abren vías en sitios cuya única cualidad es la de que era el trozo de pared que quedaba y, sin embargo, al mismo tiempo, muchísimas vías antiguas, que recorren los itinerarios más lógicos, atractivos y elegantes, los que cualquiera hubiese elegido cuando había dónde elegir, estan oalvidadas y abandonadas.
Otra cosa propia de esta época, son las discusiones interminables entre escaladores de diferente moral, favorecidas por la existencia de internet.
El tema e los reequipamientos es motivo de discusión siempre que sale a colación y, sin embargo, casi todos estan de acuerdo, en principio, sobre como debe hacerse. La inmensa mayoría está de acuerdo en que hay que sustituir lo viejo por lo nuevo, manteniendo el emplazamiento de los elementos y el carácter de la vía. De hecho, este pensamiento ha sido recogido, incluso, en la nueva normativa que afecta a la montaña de Montserrat. Pero, como era ¿cuando?. ¿Cuando se abrió? ¿cuando la conoció el que opina? ¿en el momento del reequipamiento?
En fin, nos ha tocado vivir la época de los reequipamientos, así como a otros les tocó vivir otras peculiaredades del momento.
Si las viejas pitonisas de buril han durado tantos años y han aguantado el paso de tantas cordadas, los robustos parabolts nos sobrevivirán a nosotros y a los que vengan después. Así es que cuando la mayoría de las antiguas vías estén renovadas, el tema de los reequipamientos no será ya tan importante.
Otra curiosa evolución es la que nos ha llevado, de llevar botas tres números mas grandes del que gastábamos de calzado normal, con varios pares de calcetines muy gruesos, a llevar pies de gato, tres números más pequeños que el que gastamos, de calzado normal, sin calcetines.
Se pueden hacer infinitas observaciones y comparaciones, entre los tiempos que corren y otros, que corrieron antes, pero me voy a conformar con una más, la norma ética, heredada de la escalada deportiva, de no agarrarse a los seguros de la vía.