lunes, 28 de septiembre de 2009

Caminando





Calculaba que por estas fechas podría volver a escalar, pero el cálculo era erróneo. La recuperación está siendo más lenta de lo que esperaba y no se cuando llegará a su fin. Hay momentos en los que tengo la sensación de que será pronto, y otros en los que me parece que no va a ser nunca, pero, como realmente no hay mal que por bien no venga, sobre todo para un optimista empedernido como yo, esta situación a dado lugar a una actividad que tenía olvidada y que conduce a un estado mental que es el inicio del buen camino (lo se por experiencia). El buen camino en la montaña, en la escalada y en la vida en general.
Este domingo he ido a Montserrat a caminar, ya que escalar no puedo, y he caminado, inducido por alguna misteriosa inspiración y si habérmelo propuesto, de una forma que tenía olvidada.
Últimamente andaba en busca del pie de vía y antes, cuando mi regreso a la montaña, lo hacía con espíritu deportivo, con vocación por el esfuerzo.
Este domingo he deambulado por la montaña como solía harlo en otros tiempos, sin rumbo fijo, despacio, volviendo sobre mis pasos en muchas ocasiones, contemplando mi alrededor y observando los detalles, con un espíritu mucho más contemplativo que deportivo.
Estoy muy satisfecho de haber recuperado estas sensaciones que me llenan de buenas espectativas, que se transforman en ilusiones. Creía que los bosques de Montserrat no eran tan atractivos como antes y lo achacaba al gran incendio. Lo que no acababa de entender es que también sucediese en los lugares a los que no llegó el fuego. Ahora me he dado cuenta de que no es el bosque el que ha cambiado, sino mi forma de verlo. Ahora estoy volviendo a verlo como antaño.