miércoles, 29 de octubre de 2008

Tiempos modernos

No he conocido los orígenes de la escalada en Montserrat, no soy tan viejo, ni tampoco las siguientes generaciones. Mi recuerdo se remonta hasta 1971, y eso ya eran tiempos modernos. Claro que mucho menos modernos que los actuales y, todavía menos modernos que los que vendrán. Dicen que hay muchos más escaladores y, sin embargo, veo mucha menos gente en las paredes, si exceptúo las zonas de deportiva y la región de Gorros. Eso si, de lo que está bien claro que hay absoluta saturación es de vías. Eso es algo increíble y muy curioso. Creo que está a punto de desaparecer el concepto de vía de escalada, ya que esa expresión significa un camino a seguir y, muy frecuentemente, se puede ir por dónde se quiera. Son ya muchas las paredes en las que, vayas hacia dónde vayas, siempre encuentras chapas y reuniónes. Se abren vías en sitios cuya única cualidad es la de que era el trozo de pared que quedaba y, sin embargo, al mismo tiempo, muchísimas vías antiguas, que recorren los itinerarios más lógicos, atractivos y elegantes, los que cualquiera hubiese elegido cuando había dónde elegir, estan oalvidadas y abandonadas.
Otra cosa propia de esta época, son las discusiones interminables entre escaladores de diferente moral, favorecidas por la existencia de internet.
El tema e los reequipamientos es motivo de discusión siempre que sale a colación y, sin embargo, casi todos estan de acuerdo, en principio, sobre como debe hacerse. La inmensa mayoría está de acuerdo en que hay que sustituir lo viejo por lo nuevo, manteniendo el emplazamiento de los elementos y el carácter de la vía. De hecho, este pensamiento ha sido recogido, incluso, en la nueva normativa que afecta a la montaña de Montserrat. Pero, como era ¿cuando?. ¿Cuando se abrió? ¿cuando la conoció el que opina? ¿en el momento del reequipamiento?
En fin, nos ha tocado vivir la época de los reequipamientos, así como a otros les tocó vivir otras peculiaredades del momento.
Si las viejas pitonisas de buril han durado tantos años y han aguantado el paso de tantas cordadas, los robustos parabolts nos sobrevivirán a nosotros y a los que vengan después. Así es que cuando la mayoría de las antiguas vías estén renovadas, el tema de los reequipamientos no será ya tan importante.
Otra curiosa evolución es la que nos ha llevado, de llevar botas tres números mas grandes del que gastábamos de calzado normal, con varios pares de calcetines muy gruesos, a llevar pies de gato, tres números más pequeños que el que gastamos, de calzado normal, sin calcetines.
Se pueden hacer infinitas observaciones y comparaciones, entre los tiempos que corren y otros, que corrieron antes, pero me voy a conformar con una más, la norma ética, heredada de la escalada deportiva, de no agarrarse a los seguros de la vía.