domingo, 12 de julio de 2009

Bego - Miguel - Kush, a la Agulla de Can Jorba







Muy buena vía, con roca excelente y dificultad asequible, aunque no fácil (para mí, claro). Además es muy larga y de seguros, bien, en mi opinión, el equilibrio exacto entre lo mucho y lo poco. Es decir, bien asegurada, pero no cosida.

Éramos cuatro y hemos formado dos cordadas. Delante Joan y Balbino se alternaban los largos, asumiendo Joan los de mayor dificultad. Joan era el único que conocía la vía. Siguiendo sus pasos, Javi y yo. En este caso, he asumido, de forma permanente, la posición de primero de la cuerda. Lo hemos hecho así por cuestiones de coco, que no de capacidad técnica. Yo tenía el día inspirado y me ha salido bien. Otro día será al revés. De hecho, precisamente yo, he escalado numerosas vías de segundo permanente. Precisamente estoy saliendo de esa situación y lo de hoy me ha venido fenomenal, para curtirme. Por otra parte, siempre he concebido la cordada como un equipo en el que cada uno aporta lo que tiene, en cada momento y en cada situación, y en dónde el éxito o el fracaso es de la cordada, independientemente de lo que haya hecho cada uno. Javi es un excelente compañero, que inspira seguridad. Un compañero fiable, en el que se puede confiar sin duda alguna, en cualquier momento, es un buen compañero, de primero o de segundo (igual que Juan Miguel en la Cerdá Pokorsqui del Elefant).

El hecho de llevar delante la otra cordada, ha sido de enorme ayuda, por la cuestión psicológica y porque me iban marcando el camino.

La primera tirada es larga y mantenida, cincuenta metros o casi, de cuarto superior, puede que algú paso pelín más. Al final afloja un poco, solo un poco. Los seguros a distancia razonable, para que cumplan su función, como es la tónica general de la vía. Además, todo paraboles inoxidables, nuevecitos y flamantes. Las reuniones con don o tres y anillas. Además, en sitios muy lógicos.

La segunda es bastante más fácil. De hecho, la primera es la que he encontrado más difícil. Es cuarto, quizá pasos de cuarto superior. Hay uno, que supera un pequeño desplome, al que le dan quinto inferior, pero no es ningún problema. Es un tirón de brazos, cogido a un buzón que te cabe la mano entera, metida hacia abajo. con la chapa en los morros, y no es obligado.

La tercera a la vista asusta, una placa impresionante, presidida por el techo. Luego resulta que no es para tanto, La roca es muy adherente, las presas buenas y no demasiado vertical. Cuarto superior, pero no tan mantenido como en la primera. Muy, muy disfrutona.
Cuando ya estamos un poco cerca del techo, flanqueamos a la derecha, por una repisa y nos metemos por un diedro que pasa al lado del techo. En este tramo la dificultad decrece. La reunión en una amplia repisa de tierra, con árbolado.

La cuarta empieza andando y luego sigue por una placa muy tumbada. A continuación, la placa se pone un poco más derecha. Le ponen cuarto, pero yo creo que no pasa de tercero superior. Eso si, no bajes la guardia porque los seguros escasean.

La quinta tiene un principio que ha sido el paso que más me ha costado. Está bien asegurado, con dos chapas muy seguidas, pero la cercanía de una repisa, me daba como resultado que si sacaba entre uno y otro, gorpearía en la puta repisa. y eso me ha hecho complicarme un poco más de lo necesario para hacer el paso limpiamente. despues cuarto superior y la dificultad va decreciendo, hasta cuarto, pasándose por otras dos chapas con pelín de alejillo (cinco o seis metros).

La última es corta y fácil. Unos veinte metros de tercero, tercero superior, potegidos con dos paraboles, de esos que no tienen tuerca y están como remachados.


El descenso lo hemos hecho poe la canal del Juego de la Oca, pero montando rápeles, por aquello de la ley del mínimo esfuerzo y pensando que ya habíamos cumplido con la faena.

Una vía atractiva y un buen paso en mi transición a escalar también de primero.
Una compañía magnífica (No frecuento otras, que bastante jodido es escalar, como para ir con gente chunga).

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